domingo, 23 de diciembre de 2007

DANTA NAVA, POETA AYMARA

ORGULLO AYMARA DE DANTA NAVA

DANTE NAVA, poeta mestizo italo-peruano, chorrillano de nacimiento civil pero puneño de nacimiento espiritual, artista viviente de la psicoesfera del hombre aymara, en soneto de verso clásico, pleno de metáfora telúrica, fue quien pintó mejor su autorretrato. (Samuel Frisancho)
POETA CHOLO GRINGO, Ernesto More, escritor y poeta, en su libro “Reportaje con Radar”, al ocuparse de Dante Nava, tiene un capítulo que no podemos dejar de trascribirlo a continuación, en ella pinta el mundo íntimo, romántico y humano del poeta cholo-gringo, Aquí la nota:
El 20 de febrero (posiblemente 1958), Dante Nava llegó al andén del ferrocarril en Puno, visiblemente desaforado, ausente de sí mismo, notablemente triste, llegó dos minutos antes de que partiera el tren que debía llevarlo a Arequipa. El poeta había pasado la noche de despedida con algunos amigos suyos, y había libado a pesar de la prohibición que le había impuesto su reumatismo. Anduvo por el andén, como un péndulo, los cabellos le caían sobre la frente y la mirada parecía puesta en punto fijo y muy lejano. Subió al tren como puede subir al cadalso el condenado a muerte. Una vez el coche-salón, identificado que hubo el número de su asiento, se echó sobre éste y se quedó dormido o por lo menos sonámbulo. El tren se puso en marcha; se detuvo en Juliaca donde Nava descendió unos instantes en busca de un amigo que no apareció por ninguna parte. Subió el poeta nuevamente al tren, éste se puso a rodar suavemente, con lo que Dante Nava acabó por adormecerse como en una canción de cuna, aunque con sobresaltos intermitentes, acompañados de ademanes y exclamaciones ahogadas, un poco sollozantes. Al pasar por Cabanillas, Dante pidió de beber. “Tengo mucha sed –dijo- Tengo la sed de lo que he dejado”.
Y una lágrima brilló en sus ojos opacos, sin llegar a rodar por sus mejillas, y de repente, acercado su rostro al nuestro nos hizo esta confesión consternadora:

-¿Sabes?.... he dejado a mi cholita una preciosa criatura que me llegó a querer enternecedoramente . Ella ha llorado también y se ha quedado espantosamente triste.
Y pensamos en ese poema suyo:
“Y aquella chola alegre que, con sus labios llenos medio savia púber de sus tibio dulzor, tenía amplias caderas, unos redondos senos y unas mejillas tersas preñadas de rubor”
La pena del poeta no era porque se alejaba de ella, sino porque ella significaba “su mundo”, Todo el Collao estaba metido en el seno de esa criatura aimara. Al enamorarse Dante de esa “imilla”(joven), con ese amor imposible y desigual, estaba amando desesperadamente a una raza y subyugada.
- ¿Y tu hablas el quechua o el aymara? – le preguntamos, seguro de que iba a responder afirmativamente.
- Hablo muy poco el aymara, y menos aun el quechua – nos respondió el poeta.
- ¿Y cómo has podido cantar a la lavanderita, a la vendedora de papas y a chola óptima, sin saber hablarles su idioma, tu, hombre puneño que has pasado tu vida en el altiplano, enamorado de las flores del campo?
Dante Nava se encogió de hombros y mordió su cigarro apagado; y luego reaccionando vivamente, nos formuló a su vez esta pregunta:
- ¿Y tú sabes el quechua, tu que has recorrido todas estas cordilleras, gustanto también los frutos del sancayo?
- No lo hablaré como un quechuólogo –les respondimos- pero tenemos a la mano lo suficiente como para el gasto....

Mientras el tren iniciaba chirriando, las curvas que ascienden por Santa Lucía, pensamos en el hecho de que muy pocos poetas conocen profundamente las lenguas del Colla –el quechua y el aimara. Es una de las cosas más significativas que definen nuestra lastimosa orientación educativa. Un hombre como Dante Nava, tan apegado al campo, tan cerca del indígena, que tan entrañablemente ama las Kantutas en flor, ¿cómo es que no llegó aprender el aymara, él, el del “ORGULLO AYMARA” el poeta que dijo: “Me dio, la tierra mía su propia cultura?” ¡Inexplicablemente!. Ello demuestra palmariamente, en uno de los poetas mas representativos, que lo que llamamos nuestra cultura se nutre todavía de la savia occidental, por muchos que el tema y el objeto de nuestra poesía tengan formas nativas.
Nava como todo espíritu atormentado por la tragedia de nuestro pueblo, hizo una vida bohemia intensa, recorrió en compañía de amigos, los caminos del juego de azar y del trago amargo, que mata las penas y abreva la sed del alma.
En lo político se situó entre los hombres de avanzada y como periodista sufrió la sanción por haber combatido a un clérigo sectario, lo condenaron a un día de prisión, un tribunal de la Corte Superior de Justicia de Puno.
Entre sus amigos íntimos se contaba el Dr. Manuel A Quiroga, Dr. Artidoro Garnica y Simón Valencia Melgar; su soneto “Orgullo Aymara” lo forjó en la figura de ese adalid que luchó por el campesinado. (Samuel Frisancho)

ORGULLO AYMARA

Soy un indio formido de treinta años de acero,
Forjado sobre el yunque de la meseta andina
Con los martillos fúlgidos del relámpago herrero
Y en la, del sol, entraña de su fragua divina

El lago Titikaka templó mi cuerpo fiero
en los pañales tibios de su agua cristalina,
me amamantó la ubre de un torvo ventisquero
y fue mi cuna blanda la más pétrea colina.

Las montañas membrudas educaron mis músculos,
me dio la tierra mía su roqueña cultura,
alegría las albas y murria los crepúsculos.

Cuando surja mi raza que es la raza mas rara,
Nacerá el superhombre de progenie mas pura,
Para que sepa el mundo lo que vale el aimara.




AYMARA JAQNA Q’USUSIWIPA

Kimsa tunka marani ch’ullqi isaqu chachatwa
Qullu pata patxana liqsuta aski thurunchatampi
Llijullijumpi q’ixuq’ixumpi k’utsuta chuki
Intin nayraqatapata, apu pari chuymapana.

Quta titiqaqawa näna janchija wali ch’ulqiptaytu
Suma junthu k’iluña ch’uwa umapampi;
Ñuñjama suqi thayawa ñunkataysitu
Qalarara willk’iwa nana llamp’u tawuñajaxa.

Wali jaqhi jach’a qullunaka nana janchija yatichatayna;
Naru churitu aka uraqsixa wali ch’ulqi yatiña,
Qhantatinakaxa k’uchisiña ukasti sujstapisti llakisiña.

Kunapachatixa sartani jiwasa jaqixa ukapï aka jaqikamanixa
Yuriniwa wali ch’ulqi chacha chaniyatiñani jaqikamanixa
Kitisa yatipxpanan aka pachamampacha unt’apxañataki aymaraxa

LA LAVANDERA.

Buena lavandera de ojos de venado,
De cutis de bronce, de espaciosa frente,
De cabellos negros, de boca candente,
De pollera roja, de mantón rozado.

Lavandera buena que todo has lavado
En el arroyuelo, junto a la vertiente,
Desde la camisa valiosa y decente
Hasta el calzoncillo pobre y remendado.

Oh lavanderita de ojos de venado
Oh lavanderita que todo has lavado
Con las manos blancas de tu dulce amor

Con el agua alegre de tu risa amena
Y el jabón rosado de tu carne buena,
Lava mi alma sucia....sucia de dolor

T’AXSIRI

Suma t’axsiri taqi kuna t’ast’atayta
Janchimasa champijama samiri, jach’a parani
Ch’iyara ñik’utani, espillumasa pari
Chupika pullirani ukatsti antichupika phulluni

Suma t’axsiri, kauki tupu t’axstatayta
Jisk’a jawirana, jalkiri uma qawayana:
Wali chanini allmilla ukatsa wali suma
Aliqa thantayaqulla ukasa watt’ata.

ay t’axsirikuxa taruka nayrani
ay t’axsirikuxa taqi kuna t’axsatayta
janqu amparamampi misk’ijama muñaña.

Umjamampi k’uchi jumana larumasa munt’kaña
Ukata t’axsañamasa antichupica suma janchimjama
T’ast’arapita näna q’añu amuyuja....¡q’añu usuchata!....

Con estas dos poemas Dante Nava describe el hombre y la mujer aymara, con todas las características y facultades que pudiera tener, el hombre aymara en la edad cumbre de cualquier hombre, así lo mismo describe a la mujer aymara como una flor silvestre y sensual. Dante Nava se enamoró de todo lo que existía en el territorio aymara. Admira el Lago Titicaca, y un hermoso paisaje que lo rodea, dicen la cuenca del Lago Titicaca es el Tibet Americano, con sus bellas mujeres que engalanan el paisaje del Collao.
El lago Titicaca perteneció a los aymaras y quechuas desde tiempos inmemoriales, ya con el correr tiempo se han adueñado los advenedizos e incluso se ha dividido en peruanos y bolivianos, muchas veces se ha escuchado decir “lago sagrado de los Incas” , en esto, es necesario aclarar que los Incas fueron un grupo de gobernantes oligárquicos que administró el Estado de los Mallkus. Ahora pretenden adueñarse sus seguidores encabezados por la burguesía que el Lago Sagrado va ser una maravilla del mundo, y que les servirá para explotar desde el punto de vista empresarial turístico, para ambos países que las tienen. Mientras que a los aymaras dueños eternos de este Lago Titicaca siguen sumidos en el subdesarrollo y la miseria, le quitan sus territorios so pretexto de reservas territoriales, pero el poema que mostramos hojala nos haga reflexionar lo que es el aymara y que con el tiempo mostrará lo que vale ser aymara.
JUAN JUÁREZ MAMANI

martes, 11 de diciembre de 2007

SIMBOLOS FEMENINOS EN LOS AYMARAS

SIMBOLOS FEMENINOS EN LOS AYMARAS

WARMI ISIXA AYMARA UÑANCHAWA SIWA
La vestimenta femenina en los aymaras es el símbolo de identidad, desde tiempos inmemoriales, hoy se confecciona de telas sintéticas, pero en sus tiempos antes del incanato se confeccionaban de la fibra de vicuña o de alpaca, se nota que tejían de hilos muy finamente hilados, las que también fueron aprovechados por la oligarquía Inca, y en la dominación española también eran tejidos para los españoles.
El modelo de vestimenta varían de cuerdo a la región o pueblo (marka), en esta ocasión vamos hacer referencia a la zona de Acora (Axura Marka) que era usado por las damas que ostentaba dignidad y respeto (t’alla), cuyo uso ha alcanzado hasta mediados de la década 50 del siglo pasado, Acora tiene tres zonas: qutatuqi (zona lago), alaxsa o suni (zona cordillera) taypi (zona media), se encuentra en la región del altiplano de Puno – Perú.
URKHU, era similar al vestido actual amplio y plisado, de cintura para arriba tenía una pechera y por la espalda otra similar, se unía en la parte delantera con un prendedor llamado tupu; el urkhu estaba hecha de fibra de alpaca, de color negro, era usado por la persona de mayor edad, principalmente aquellas damas, que hayan ocupado cargos como autoridad (t’alla) o esposa de un Mallku, el largo de la falda debería llegar un poco mas debajo de la pantorrilla.
PHANTILLA, es la falda interior que puede de ser de color blanco o teñido (rojo, fucsia, azul etc.), con encajes en la punta.
ALLMILLA, es el camisón que va sobre el cuerpo de color blanco hecha de lana muy fina, el cuello esta decorado con bordados de lana de diferentes colores, igual el canto de la falta, por la cintura esta sujeta con dos fajas:
>TAYKA WAK’A, es la faja ancha y dura, que les servía para apretar la cintura y sostener la columna vertebral en los trabajos forzados, similar al corsé español.
>WAK’A, faja que va encima de tayk’a wak’a, que es tejido de lana de diversos colores, muy decorado con figuras llamadas salta (son una especie de escritura ideográfica ).
CHUKU, es una mantilla que cubre la cabeza y cae hacia abajo hasta donde termina el urkhu, sirve para proteger del frío los oídos, en las reuniones es usada para tapar el rostro con el extremo de chuku y el otro extremo puede servir, para recibir algunas dádivas, a veces sirve para resguardarse del viento como tapando la cara. Este modelo pueda ser que haya servido para dar como muestra a las tapadas limeñas.
PHULLU. Es otra de las mantillas que sirve para abrigarse la espalada en momentos de frío, es tejida de varios colores naturales con guardas de colores teñidos con armonía de degradación de colores; para prenderse se usa P’ICHI, un prender incrustado con piedras hecha de plata, con pendientes de peces muy decoroso.
Q’IPXARU AWAYU, es otra manta, que sirve para llevar bultos, o cargar su bebé en la espalda, generalmente es de color negro hecho de lana de alpaca.
CH’UTQU, montera que sirve para cubrir la cabeza, para sombrarse del sol, es una especie de cono cubierta de un tela negra, y cuando se levanta la parte delantera aparece como la cresta de una ave, esta prenda parece que hubiera imitado a la de una ave llamada Chhuqa que hay por los lagos.
ISTALLA, es un pequeño mantelito donde se amarra coca, sirve para intercambiar en la conversación entre damas amigas.
AJUÑA, collar de plata, generalmente esta prendido al ch’utqu (montera).
Q’URAWA, un látigo que le sirve para lanzar piedra, lleva en la cintura para arrear el ganado.
JISKU o P’ULLQU, sandalia hecha del cuero de llama.
La mujer joven su usanza es un poco modesto, lleva pollera de colores y una chaqueta llamada jüna que debe armonizarse de acuerdo al color de la pollera, ejemplo: pollera roja o fucsia, la jüna (chaqueta) debe ser de color verde o gris, si la pollera si es de color naranja la jüna (chaqueta) debe ser violeta, pollera azul con jüna amarilla o viceversa. Los aymaras llegaron a utilizar la armonía de colores complementarios.
En la joven la pollera debe llegar hasta unos 3 o 5 centímetros debajo de la rodilla de modo que pueda ser visible la pantorrilla, también existe diferencias de vestir entre emparejadas (casadas) y solteras.
Las mujeres joven ya con parejas llevan chucu, tanka (sombrero de copa), istalla, aguayo de colores, y los demás es casi similar a mama t’alla (anteriormente descrito), excepto el urkhu y la montera. Su ropa de una mujer joven debe ser vistoso de colores muy fuertes, principalmente en las celebraciones de fiestas.
Mientras que las solteras es similar a la mujer joven, con la diferencia de que, en vez de sobrero lleva un Ch’ullu con faldón de colores similar a una flor, no llevan chuku.
Con el correr del tiempo, hoy la vestimenta ha venido cambiando, todos usan pollera de diferentes colores de acuerdo al gusto de la dama, llevan un sobrero de copa apenas asienta a la cabeza, el arte es mantener sobre la cabeza, pollera de seda de colores diversos y con figuras, centro con encajes (ropa interior), chaqueta, su bolso, tupu (prendedores de oro o plata incrustados de piedras) aretes, zapatos de colores acorde a la pollera, encima lleva un mantón con flecos largos que les cubre la espalda, se lucen en las fiestas, en las danzas, muy gallardamente.
JUAN JUÁREZ MAMANI